Muffins de mandarina

Hay mucha gente a la que se le debería hacer un monumento por sus trabajos, por hacer las cosas necesarias que nadie más quiere hacer. Yo no sé nada de las condiciones en las que trabajan los mineros o los pescadores de altura, pero sí sé lo duro que es ser pagès (agricultor en catalán) y quiero aprovechar este blog para que, la próxima vez que compréis fruta o verdura en la frutería o el súper, sepáis el esfuerzo que hay detrás de lo que estáis comiendo. Os pongo el ejemplo de mis padres, que tienen campos de aceitunas (para aceite), mandarinas, almendras y algarrobas.
La cosecha de mis padres se ve influenciada por varios factores:

• Meteorológicos: si no llueve no hay cosecha, si llueve demasiado te estropea el suelo, incrementa la posibilidad de hongos o te impide trabajar o recoger; el granizo daña la fruta; el fuerte viento tira la fruta al suelo (aunque eso puede ser bueno para la aceituna)...
  
• Económicos: el precio de los frutos viene dado por el mercado - el año que la cosecha va bien, hay mucha en el mercado y baja el precio; al año siguiente viene un cargamento de fruta del extranjero y revientan el precio... Aunque yo creo que lo peor son los intermediarios. A mis padres les pagan la mandarina a 30 céntimos de euro (bruto, de aquí tienen que pagar sus sueldos, el agua, los tratamientos, la inversión...). A cuánto las pagáis vosotros en la tienda? De ahí que este año hayamos decidido no comprar turrón y hacerlo en casa. Total, con lo poco que nos pagan por la almendra, mejor usarla en casa...
  
• Humanoides, los peores. Un ejemplo: mis padres llevan 2 semanas esperando que les vengan a recoger las mandarinas, porque la empresa a la que le han vendido la cosecha no quiere recogerlas todavía. Pero claro, si se hielan, es nuestro problema. Si hace viento y las tira al suelo, es nuestro problema. Otro ejemplo: los ladrones de fruta. Hay de varias clases: los cazadores, que pasan por la finca y "se sirven"; los que van a pasear con una bolsita de plástico y van recogiendo lo que les parece; los intencionados, que van en coche a las fincas donde hay mejor cosecha y cargan para toda la semana...
  

En resumen, que vivir del campo es muy duro... Y para hacer un poco más agradables las horas de los pobres recogedores de mandarina que se esperan en la finca hasta mediodía a ver si que deja de llover (3 días sin poder recoger, ahora tendremos que esperar hasta el 26 a ver si para de llover), ayer les preparé estas madalenas de mandarina. No son una receta súper especial, pero aprovechan lo que hay en casa ;)

Antes de empezar:

• Dificultad: baja
• Preparación: 30 min
• Cocción: 15-20 min
  
• Coste: barato
• Origen: Internacional
• Receta libremente adaptada de: Bizcocho de mandarina con chocolate, del blog Mis deseos más dulces
  

Ingredientes (para 16 muffins):

200g de gajos de mandarina (habiendo eliminado las partes blancas y los hilos todo lo que se pueda) - unas dos mandarinas no muy grandes
250g de azúcar
3 huevos a temperatura ambiente
50g de aceite de oliva
200g de harina
1 sobre de levadura en polvo (16g)
Ralladura de la piel de dos mandarinas no muy grandes


Preparación:

• Poner los gajos de mandarina en un vaso de batidora y triturar con el túrmix hasta que esté todo bien triturado.
  
• Pasar la mandarina a un bol grande, añadir el azúcar y triturar un par de minutos más, hasta que no queden trocitos.
  
• Añadir los huevos y seguir batiendo 2-3 minutos.
  
• Con una espátula, añadir el aceite de oliva y mezclar.
  
• Añadir la harina, la levadura y la ralladura de mandarina y mezclar con una espátula, simplemente hasta que los ingredientes estén bien incorporados.
  
• Verter la mezcla en moldes de madalena recubiertos con moldecillos de papel. No llenar cada moldecito más de dos tercios.
  
• Hornear un un horno precalentado a 170ºC durante 10-15 minutos, hasta que las muffins queden doradas y esponjosas.
  
• Dejar enfriar por completo sobre una rejilla.
  

Comentarios:

La receta original era un bizcocho en el que se trituran las mandarinas directamente con piel. Las mandarinas de mis padres son de piel gruesa, así que preferí no triturar la piel y poner sólo la ralladura. La receta también incluía una cobertura de chocolate fondant encima del bizcocho. A mí me dio pereza pero seguro que estaría riquísimas con el chocolate por encima, o incluyendo pepitas de chocolate a la masa.