lunes, 10 de agosto de 2009

Experiencias gastronómicas (y turísticas) en el Norte de España (Bilbao y Santander)

A petición de mi madre, aquí está el post de mis ya no tan recientes vacaciones en el norte de España (justo antes de empezar las siguientes: un fin de semana largo en mi tierra!). Hace días que llego a casa con la intención de escribir en el blog, pero siempre sale algo más urgente y al final no lo hago. Hoy me he dicho que de hoy no pasa, así que aquí están nuestras vivencias en tono gastronómico de la aventura surfera del verano!






Salimos de Frankfurt el viernes 10 de julio por la tarde, después de trabajar. Llegamos a Bilbao sin contratiempos. La primera muestra de que "Spain is diferent" la pudo ver H esa misma noche: abrimos el mapa para ir desde la parada del bus al hotel y, antes de poder ubicarnos, ya teníamos a un matrimonio preguntándonos si nos podían ayudar. España será un caos en sanidad, administraciones y nacionalismos, pero la gente es tan agradable! No es que los suizos no sean buenas personas, pero les falta el "salero" mediterraneo, qué le vamos a hacer!

Sigamos. Al día siguiente visitamos Bilbao: de compras por la mañana, casco Antiguo y Guggenheim por la tarde. Por la mañana H ya se había puesto las botas de jamón serrano, chorizo y queso en el buffet del hotel, pero no le importó comer un poco más y pedirse un mixto de jamón serrano en la cafetería del Guggenheim (por cierto, por qué en catalán llamamos "bikini" al mixto?).


Por la noche nos fuimos a cenar al casco antiguo. Mira que no gustarle el pescado a H! A mí se me caía la baba con las raciones de bonito, anchoas y demás productos marinos y él ni caso! Pero bueno, siempre habrá sustitutos para el pescado:




Yo le dejé a H el jamón y el queso y me dediqué a las raciones :)

Al día siguiente cogimos el autobús hacia Santander y luego el ferry a Somo, destino de nuestras vacaciones. El pueblo es ideal para ir a la playa y hacer surf, pero a parte de eso tiene poco más. Y ni se os ocurra pensar que, por ser pueblo de costa, tendrá marcha veraniega por las noches (o será que no la supimos encontrar, pero mira que buscamos!).



El lunes empezamos las clases de surf en la Escuela Cántabra de Surf. Todos muy "guays" (había veces que me tenía que girar para reírme, de lo ridículas que me parecían algunas situaciones delante de la escuela esperando a empezar) pero sin ninguna queja: los profes muy atentos y el material bien (hay que ver lo engorroso que es meterse en el neopreno...). De las condiciones tampoco no hubo queja (igual por demasiadas olas un par de días!). De lo único que puedo quejarme es de mí misma, y es que al final de la semana llegué a la conclusión de que mi cuerpo no está hecho para el surf. Y eso que le puse ganas y empeño, a pesar de ser centrifugada por las enormes olas los días de mala mar y de quemarme por el sol los días de buen tiempo. Pero nada, que la única vez que conseguí aguantarme bien en la tabla fue ésta:




A H se le dio un poco mejor que a mi...

Es una pena que no nos hiciéramos ninguna foto haciendo surf o al menos con el traje y la tabla, pero teníamos miedo de que nos robaran la cámara si la dejábamos en la playa...

Durante estos días disfrutamos de lo lindo de la comida (hay que ver qué hambre de esto de intentar hacer surf!), pero yo creo que de lo que disfrutamos más fue de los estupendos desayunos en la Casa del Surf: para mí una tostada enorme de pan con tomate, para H con mantequilla y mermelada, un Cola-Cao, un té y listos para empezar el día! El último día pedí un chocolate con churros para que H los probara (buena reacción, aunque sin demasiado entusiasmo...):



El sábado 18 dejamos atrás las tablas y los neoprenos, más morenos y con arena en todas partes de la maleta, y cogimos el ferry de vuelta a Santander. No sé cómo será la ciudad en invierno, pero en verano es una delicia: me encantó!



Fuimos a comer a un restaurante del centro, es una pena que no recuerdo en nombre porque estaba todo riquísimo! Cocina moderna reinventado los clásicos con mucho estilo y buen gusto. Lo que más nos gustó fueron los entrantes:


Ensalada con queso al horno y virutas de cecina y setas con jamón

El domingo, después de desayunar y dar una última vuelta por Santander, cogimos el autobús hacia Bilbao y allí el avión a Frankfurt. Camino de nuestras siguientes experiencias: subir por fin a Pilatus, un finde en canoa por el Lago de Constanza y el Rin... y lo que nos queda por venir!

Y ahora, cumplida la tarea de actualizar el blog, me voy a correr un poco antes de prepar la maleta!

1 comentario:

Angels dijo...

T´ha quedat genial. Encara que no hagis après surf.
Vaja pinta el que menjaveu.
Mª Rosa se ho passa la mar de bé en les teues experiéncies i et felicita.
Fins la propera experiéncia.