martes, 16 de diciembre de 2008

Casitas de Gingerbread (pan de jengibre)

He llegado a la conclusión de que me encanta hacer cosas. Así en genérico. No sé como, cuando era pequeña, me podía pasar horas y horas delante de la televisión. Qué perdida de tiempo! Por suerte conseguí poner rumbo a mi vida y ahora no sólo no veo la televisión (de hecho, no tengo) sino que aprovecho al máximo cada minuto que tengo. Diría que mi hobby es "hacer cosas". Si no tengo cosas por hacer, me las invento! Lo que sea, la cuestión es no estar sin hacer nada. Y os preguntaréis que a qué viene esta disertación... Pues, a lo de siempre: que no le dedico tanto tiempo al blog como me gustaría! Mi objetivo es poner al menos una receta por semana y más o menos lo consigo, pero siempre de prisa y corriendo. A ver si estas dos semanas de vacaciones en casita (me voy el sábado!!!!) consigo arreglar los problemas del formato del blog y os hago un reportaje de los manjares que se preparan en mi casa durante Navidad. Aunque no prometo nada...

Bueno, vamos a la receta. Aunque más que receta va a ser sólo un reportaje fotográfico... Os explico. Hace dos semanas, mi compi de piso (Jenny, que es más maja que un pan!) me preguntó si quería hacer con ella y algunas amigas suyas casitas de gingerbread. Aunque tenía varias proposiciones para ir a esquiar, decidí que pasar un fin de semana en casa no me vendría nada mal (soy incapaz de recordar la última vez que pasé dos días en casa!) y me apunté a la idea. Ella hizo la masa el sábado y luego nos dedicamos las dos a hornear las partes para las casitas el domingo por la mañana. Y el domingo por la tarde vinieron dos amigas de Jenny y una amiga mía y nos pasamos la tarde montándolas y decorándolas, cada una a su libre albedrío. A mí el gingerbread no me gusta, pero me lo pasé pipa dando rienda suelta a la niña que llevo dentro (bueno, y fuera muchas veces también...). Si queréis la receta, buscad por ahí gingerbread, seguro que hay miles de recetas en la red... La de mi compi está encima de la nevera, pero me da una pereza tremebunda traducirla del alemán al español, así que, como he dicho, voy a dejar esta entrada como un reportaje fotográfico, sin receta... Empecemos!



Aquí la masa, unos dos kilos de harina y no sé cuántos más de azúcar y mantequilla. Al final la pobre batidora se puso en huelga y a Jenny le tocó darle con el brazo un rato...!



Al día siguiente cortamos las partes de la casita y las horneamos.




Y nada, luego echarle arte con todo lo que se os ocurra: Lacasitos da varios tamaños, ositos y gominolas varias, virutas de chocolate, caramelos, nubes, colorantes... Y, como cemento, azúcar glas con un pelín de agua para poder trabajarlo bien. Y luego mucho arte para conseguir que las paredes y el techo aguanten :)



Y éstos son los resultados! La casita de Bettina:



La de Jenny:


La de Chantal:



La de la compi de bridge de Jenny (no recuerdo cómo se llama...):



Y finalmente la mía, que es la más "seria" de todas... El año que viene será más quitch, sin duda!




Y el poblado entero...







Y, para acabarlo de decorar, la montaña donde estuve el fin de semana pasado. Las pistas de esquí las he visto mejores (Zermatt tiene mucha fama pero a mí no me acaba de convencer...), pero la montaña... Como esa pocas! Precioso Matterhorn!



6 comentarios:

Unknown dijo...

¡¡Enhorabuena por el poblado!! Seguro que fue muy divertido. que envidia de artistas, no quiero ni pensar como estaria la mia, tipo dibujo animado moderno....

Un saludo

Begoña dijo...

La verdad que la gente se aburre porque quiere, por que mira que hay cosas sencillas para hacer, como decorar casitas, que te hacen pasar un rato estupendo. Yo el otro día decoré todo un poblado de gingerbread men, y me encanto. La cuestión es estar activa y VIVA.
Un saludo, Begoña

La cuina vermella dijo...

wow! Irene que xulo!!

Liliana Fuchs dijo...

Menudo rato más divertido habréis pasado horneando y montando esas casitas :)
Algún día me atreveré a hacer mi propia Gingerbread House!

Y dí que sí, hay que ser lo más activa que se pueda, es la mejor manera de hacer ver al mundo que estamos vivos ;)

Un abrazo

Anónimo dijo...

enhorabuena Irene,
haces q la cocina sea divertida, me habría encantado hacer el poblado con vosotras y sobretodo volver a disfrutar de esa vista tan maravillosa de Zermatt, q envidia¡¡¡¡¡¡¡ya sabes q para mi las pistas no son un problema ;)
bss guapa
arantza

Anónimo dijo...
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